Cansado de ver tantas campañas de seguridad vial obvias y predecibles, el hecho de descubrir esta joya creativa ha supuesto la entrada de una bocanada de aire fresco entre tanta mediocridad.
Lejos de bombardearnos con la violencia de los accidentes, o de los mensajes cansinos sobre normas de circulación, esta campaña tiene la virtud de llevarnos al límite, conduciéndonos hacia la moraleja final...
Gracias a una magistral representación de lo que es el 'riesgo', el espectador vive con angustia el devenir de una historia sencilla y posiblemente, más habitual de lo que pensamos.
El desarrollo de la acción nos somete a tal nivel de stress, que resulta innecesario que ésta desemboque en un dramático final, puesto que los angustiados espectadores imaginamos desde el primer momento el 'supuesto' desenlance.
En definitiva, el spot de Volkwagen consigue introducirnos de manera vertiginosa en un ascensor emocional, trasladándonos a ese punto mágico en el que la mente reacciona y se convulsiona, alarmada por un peligro evidente.
Una soberbia propuesta, que nos demuestra cómo poner en evidencia las 'causas' de un accidente, puede resultar tanto o más efectivo que 'agredir al espectador con sus dramáticos efectos'.
Brillante.
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